Como no recordar ese triste 30 de septiembre del año 2000 cuando la noticia que nadie quería escuchar se hizo sentir. Ese día Luís Rubén Di Palma nos dejaba luego de un accidente aéreo en la localidad de Carlos Tejedor. Desde ese momento a la fecha, 25 años han pasado, siempre está y estará presente en el mundo del automovilismo.
Tenía una personalidad volcánica, una entrega absoluta y un talento nato para las pistas. Su forma de ser y su figura lo pusieron en la memoria colectiva del deporte motor de la Argentina. Su pasión era correr y así lo demostró desde sus inicios. En el año 1963 cumplió su sueño, el de formar parte del Turismo Carretera donde fue campeón, con la marca Torino, en los años 1970 y 1971. “El Loco” no fue solo piloto, fue preparador, fue mecánico y fue un innovador.
Su apellido se transformó en sinónimo de pasión automovilística y su persona será recordada no solo por los campeonatos sino por su carácter, sus anécdotas, su irreverencia y su entrega absoluta.